martes, 18 de junio de 2013

La poesía mística


                                      FRAY LUIS DE LEÓN


Fray Luis de León representa al escritor de carácter intelectual Humanismo y religión, entre la visión de la belleza y la moral de la realidad.
Escribió en verso y en prosa, Fray Luis De León tradujo textos de autores clásicos e italianos, y también textos de fragmentos bíblicos. Su poesía no fue publicada mientras estaba vivo, la primera edición de sus poemas, la hizo Francisco de Quevedo en 1631.
Los temas más habituales son el deseo de la soledad y del retiro en la naturaleza, la búsqueda de paz espiritual y de conocimiento. 
No abundan las imágenes ni los adornos en las obras de este .En sus obras emplea con frecuencia las interrogaciones y admiraciones que pretenden expresar la emoción contenida en la reflexión. En su estilo destacan la claridad, la armonía y la dulzura.
Podemos ordenar la poesía de Fray Luis de León en: poemas de corte horaciano, en los que se desarrolla el tópico del beatus ille; poemas de influencia platónica y pitagórica, en los que trata el tema de la contemplación de la armonía y del orden universal; poemas religiosos; poemas morales y poemas patrióticos.
                                                  

           
 
                                                Aquí la envidia y mentira
                                                 me tuvieron encerrado.
                                                Dichoso el humilde estado
                                                    del sabio que se retira
                                               de aqueste mundo malvado,
                                                y con pobre mesa y casa
                                                en el campo deleitoso
                                                con sólo Dios se compasa
                                                   y a solas su vida pasa
                                                  ni envidiado ni envidioso.


El poema trata de que al haber tanta gente envidiosa en el mundo, no sabe que lo único que sabe es hacer daño al intentar hacerle la vida imposible a otra persona.

SAN JUAN DE LA CRUZ



 San Juan de la Cruz, nació en Ávila en el año 1542. Ingresó en la orden del Carmelo y luego estuvo estudiando en Salamanca. Llevó una vida de gran actividad y de enorme empeño reformador. Por esta actitud estuvo en prisión, de donde escapó y se refugió en un monasterio. El resto de su vida lo pasó en Andalucía entregado a la vida en soledad, murió en Jaén en 1591.

Se le considera como el máximo exponente de la poesía mística. La poesía de San Juan de la Cruz está totalmente desligada de la realidad. Sus poemas se componen de imágenes que sugieren percepciones intelectuales, en las que la naturaleza sólo es un elemento simbólico, se emplea como alegoría. 

Toda sus obras giran en torno al símbolo de la “noche oscura”,  San Juan también llama “noche oscura” a las terribles pruebas que Dios envía al hombre para purificarlo.

 Es una poesía de evasión de la realidad, que expresa únicamente un sentimiento espiritual: el amor a Dios. Su producción refleja una amplia formación religiosa.

La estrofa más empleada en sus poemas es la lira, aunque demuestra igual soltura en el uso del romance octosílabo. Lo que mejor define su poesía es su extraordinaria intensidad expresiva,

Su poesía se puede resumir en tres poemas: la Noche oscura del alma; el Cántico espiritual o Canciones entre el alma y el Esposo; y Llama de amor viva. Los versos que de él se conservan son escasos y no fueron publicados hasta después de su muerte.

              El pastorcico 
  Un pastorcico solo está penado 
ageno de plazer y de contento 
y en su pastora puesto el pensamiento 
y el pecho del amor muy lastimado.

   
No llora por averle amor llagado 
que no le pena verse así affligido 
aunque en el coraçón está herido 
mas llora por pensar que está olbidado.

     
Que sólo de pensar que está olbidado 
de su vella pastora con gran pena 
se dexa maltratar en tierra agena 
el pecho del amor mui lastimado!


Y dize el pastorcito: ¡Ay desdichado 
de aquel que de mi amor a hecho ausencia 
y no quiere gozar la mi presencia 
y el pecho por su amor muy lastimado!

     
Y a cavo de un gran rato se a encumbrado 
sobre un árbol do abrió sus braços vellos 
y muerto se a quedado asido dellos 
el pecho del amor muy lastimado.



Este poema trata de la vida de un enamorado que espera cada vez mas la llegada de su amada, pero esta no da llegado y su amada pastora, nunca va a volver.











     Teresa de Ahumada nació en Ávila, el 28 de marzo de 1515.
     Desde sus más breves años comenzó a sentir mística exaltación, y a los 7 años huyó de su casa con un hermano, para ir a buscar martirio.
     Vuelta al hogar, a los doce años pasó por el dolor de perder a su madre, lo que la afectó en extremo y pareció decidir su vocación religiosa.
     A los 16 años entró en el convento de Santa María de Gracia, llevada por su padre a causa de sus malas frecuentaciones.
     El tres de noviembre de 1534, a los 19 años de edad, profesó en el convento de la Encarnación de Ávila. Poco después cayó gravemente enferma y su padre la llevó a baños minerales.



     En 1537, en casa de su padre, sufrió un ataque de parasismo, y durante dos años estuvo paralítica.
     Curó, y durante bastantes años su fe anduvo bastante entibiada, hasta que volvió al tema religioso.



     Sus principales obras son en prosa: amenas unas veces, especiosas otras, son pruebas de que la santa, que tanto se queja en ellas de su falta de letras, era una gran estilista.
     


En cuanto a sus poesías, fueron compuestas en ciertos momentos de mayor ardor místico, por la que ella decía que la Divinidad se las inspiraba.
     


La última de las que aquí damos, el popular soneto, es también atribuido a San Juan de la Cruz. El espíritu de este soneto parece, en efecto, de la santa, pero su forma parece más bien de su gran amigo.
     Santa Teresa murió, después de realizada su obra de reforma, el 4 de octubre de 1582, a los sesenta y siete años.




Si el amor que me tenéis,
Dios mío, es como el que os tengo,
Decidme: ¿en qué me detengo?
O Vos, ¿en qué os detenéis?

- Alma, ¿qué quieres de mí?
? Dios mío, no más que verte.

? Y ¿qué temes más de ti?
? Lo que más temo es perderte.

Un alma en Dios escondida
¿qué tiene que desear,
sino amar y más amar,
y en amor toda escondida
tornarte de nuevo a amar?

Un amor que ocupe os pido,
Dios mío, mi alma os tenga,
para hacer un dulce nido
adonde más la convenga.


Este poema trata de que una persona esta enamorada y le entregó su amor a un ser que no existe, a Dios, y ella en sus pensamientos se entrega en cuerpo y alma a el.







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